Inés Creimer

En diciembre del año 2021 durante el tratamiento del presupuesto del presente año y volviendo lentamente a una nueva normalidad, como la llamábamos por aquellos días dije textualmente “este  presupuesto refleja claramente una falta de participación de los vecinos y vecinas en su construcción, una falta de respeto al derecho de todos y todas a la ciudad.” Y a continuación di algunos ejemplos.

Fue el área de cultura una de las que analicé haciendo la salvedad de que estábamos en presencia de un  cambio de funcionario responsable del área y que ello podía generar expectativas del desarrollo de un nuevo proyecto cultural con su correspondiente presupuesto para llevarlo adelante.

Si leemos la descripción del área que se encuentra expresada en uno de los tomos del presupuesto 2023 no nos sorprenderá que es un copia y pegue del año anterior. Pero la realidad nos muestra además que a pesar de conservar las propuestas y los presupuestos de un año para otro, lo que sucede realmente va variando y lo voy a ejemplificar.

La Orquesta Sinfónica Municipal terminó en diciembre de 2019 con 9 conciertos y 78 músicos, luego vino la pandemia y al iniciar el año 2022, lejos de volver a la misma composición, se realizó únicamente la contratación de los músicos locales, que son 30 y sólo 3 conciertos con la OSMO ampliada de 60 músicos. No es necesario ser un iluminado para notar que el recorte en Cultura ha sido muy importante y esto sin mencionar la nula posibilidad de pagar cachet de artistas para conciertos especiales.

Si esa quita del presupuesto a la Orquesta sinfónica se hubiera visto reflejada en otra área de cultura como podría ser: la incorporación de más bailarines o más horas para la orquesta escuela o más horas para las Escuelas Municipales o la presencia de la Escuelas Municipales en las localidades, podríamos notar un cambio de paradigma y no una pérdida de presupuesto como sucedió en el área de Cultura.

Y ya que nombramos a las Escuelas Municipales, podemos mencionar que su infraestructura está muy deteriorada como así también la cantidad de matrícula que atienden. Recuerdo la época en la que por ejemplo en la Escuela de música, en el momento de realizar la inscripción se formaban  largas colas en busca de un lugar, generando además lista de espera, esto no era ni más ni menos que el reflejo del lugar de importancia y jerarquía que se le dio a la Cultura en otras gestiones.

En relación al fomento a la cultura podemos decir que en el presente año cada vez que un artista joven pedía el Teatro Municipal se le otorgaba la sala sin la técnica (luces y sonido) supongo que sin entender que son cosas fundamentales y costosas y que  seguramente el fomento a las actividades culturales podría o debía haber sido considerado en esos rubros.

Los Festivales de Jazz, de teatro, de cine que en otros años fueron realizados y que distinguieron a la ciudad de Olavarría como una ciudad con inquietudes artísticas y culturales han sido descartados. Lo mismo sucedió este año con la Feria del Libro que terminó siendo realizada por fuera del Municipio. Y también con lo referido a Rock, a pesar de que está mencionado en la propuesta cultural municipal.

Más de una vez en este recinto hemos planteado que pasará el día en que las canteras dejen de producir y hoy quisiera sumar un interrogante: qué pasará el día que el slogan de la “ciudad del trabajo” se vea interpelado? Será Olavarría una ciudad vacía de contenido? No estaría bueno construir otras alternativas para que no haya que desear las cosas que están en otros lados?

La cultura es inversión, como la educación.

La cultura nos mejora como sociedad y genera identidad y pertenencia y eso no hay que perderlo de vista.

Otra área sobre la que quisiera comentar algunos puntos es el área de Políticas de género.

Y acá quiero volver a mencionar que hace unos tres años  el Intendente Ezequiel Galli se comprometió a hacer 2 casas por año que serían asignadas a mujeres que atraviesan situaciones de violencia de género. Recordemos que hay dos factores que son determinantes para que una mujer pueda salir del domicilio que comparte con el violento: uno es el trabajo y otro es la vivienda.

Este año, no voy a decir que de  modo sorpresivo, nos encontramos con que en el presupuesto que hoy estamos analizando una vez más no está contemplada la construcción de ninguna casa nueva. (esto ya pasó el año pasado y este año vuelve a repetirse). No parece ser cierto que se comprende cuáles son las urgencias en ésta área y lo que tampoco parece ser cierto, es el respeto a los compromisos asumidos.

El año pasado también mencioné lo que había sucedido con el anuncio de las únicas dos casas construídas y anunciadas con foto incorporada que llevó a que todos sepan cuales son y las características de quienes las habitan. Bueno volvió a suceder, esta vez con las actividades laborales que desarrollan algunas mujeres que atraviesan situaciones de violencia de género y que salieron en el diario con una foto  del Intendente junto a tres de ellas. Vuelvo a decir, no todo debe ser comunicado de la misma manera, hay algunas cosas que merecen un tratamiento distinto.

También mencionamos el año pasado la necesidad de ser muy cuidadoso con la actualización del monto de los subsidios que tiene un valor asignado por ordenanza y que no deberían desfasarse , deben tener ni más ni menos que el valor que les corresponde, no puede ser que por segundo año consecutivo se detecte que no es así. Lo que para algunos puede parecer una diferencia menor, para otros es muy importante, claro, dejando de lado que además es lo que les corresponde.

El último punto que quiero mencionar y que es muy preocupante es la falta de personal en el consultorio inclusivo. Presentamos un proyecto de ordenanza para ordenar y dar respuesta a esta necesidad que en otros años estuvo atendida y que ya hace mucho tiempo que no es así. En relación a este proyecto nos encontramos a la espera de una respuesta que nos permita seguir avanzando, pero claro, es probable que ahora suceda que no estaba contemplado en el presupuesto…

El presupuesto debe ser pensado desde los habitantes de la ciudad, sus necesidades, sus intereses, su bienestar y su crecimiento para ello hay que escuchar a todos y a todas, repensar, modificar y también aceptar que hay áreas que son inversiones. Pero sobre todo tener en claro que las decisiones que se toman afectan a cada uno de los y las Olavarrienses y que todo esto es una enorme responsabilidad.

Intervención: Concejala Inés Creimer sobre el Presupuesto Municipal 2023 – YouTube